«Bienvenida a Montparnasse»; magnífico debut para ofrecer una cercana mirada femenina desde su excéntrica protagonista en busca de la independencia
Una magnífica Laetitita Dosch (Mejor Actriz en la Seminci 2017) encarna a una joven inestable y excéntrica que recorre París en busca de un lugar en el que instalarse y en busca de su independencia y madurez; construyendo de paso un retrato generacional sobre la dificultad de la juventud para encontrar trabajo y estabilidad
Cámara de Oro el pasado año en Cannes y Mejor Actriz en la Seminci de Valladolid para la magnífica Laetitia Dosch (ex aequo junto a Agnieszka Mandat-Grabka por Spoor); Bienvenida a Montparnasse es un magnífico debut por parte de Léonor Serraille, ofreciendo una dirección expositiva y clara de los tumbos y viaje hacia la independencia y realización de una joven irascible y alterada que va buscando su lugar tras romper con su maduro novio fotógrafo.
Paula (Laetitia Dosch) es una joven de 31 años inestable y de comportamiento algo inmaduro y excéntrico que se ve abandonada del piso de su novio fotógrafo y a partir de ahí vemos su periplo por la ciudad de París; pasando de vivir en un hotelucho a una buhardilla, y de trabajar cuidando a una niña de familia burguesa a trabajar de dependienta en unos grandes almacenes; mientras se encuentra episódicamente con personajes mientras el espectador va dándose cuenta de que Paula es cada vez más compleja, cercana y acogedora.
Desconocidos con los que parece conectar, viejas amigas que la parecen ayudar de forma interesada o su encuentro con su madre son algunos de los personajes y situaciones que la excéntrica Paula encontrará en su camino a la independencia y afirmación personal, acompañada solamente por su gata persa. Ante ello, Léonor Serraille compone un filme de raíz naturalista y expositiva que sigue sin ningún prejuicio ni efectismo dramático a su protagonista; construyendo, no sólo un retrato femenino cercano y vital que evita los elementos manidos de la temática habitual del rumbo a la madurez y la autoafirmación personal sino además un retrato prácticamente generacional sobre la inestabilidad y dificultad en lo laboral a la que se enfrenta la juventud.
Desde la excelente interpretación de una maravillosa Laetitia Dosch y un equipo repleto de técnicas y colaboradoras femeninas – algo que empieza a ser realidad en el cine galo como demuestran filmes como Los casos de Victoria o Un sol interior de Claire Denis -. Serraille compone un complejo y cercano estudio de personaje, que aunque desde un inicio algo excéntrico de su personaje que puede tirar para atrás a más de uno, la debutante gala ofrece un retrato vitalista, natural y sin caer en los recorridos habituales del viaje a la madurez que sin duda merece destacarse en la tan cargada cartelera de hoy en día y, presentando una voz cinematográfica a seguir en sus próximos proyectos.