«Viudas»; Steve McQueen mezcla el thriller político y el cine de robos en un destacable filme que se centra en una magnífica construcción de personajes
El oscarizado Steve McQueen reúne a un numeroso elenco de actores de primera fila (liderados por unas excelentes Viola Davis y Elizabeth Debicki) en este noir criminal que sabe ser una buena mezcla de cine popular con las marcas formales y temáticas que componen la obra fílmica del director británico
Una de las películas más esperadas por gran parte de la cinefilia llega a carteleras españolas con la expectación que nos suscitaba la nueva obra del singular fotógrafo y videoartista británico Steve McQueen tras excelentes filmes previos como Hunger, Shame y la oscarizada 12 años de esclavitud; contando además con Gillian Flynn como co-guionista y rodeándose de un enorme y numeroso reparto de grandes intérpretes. Una apuesta por llegar a un público más generalista desde esta descarnada y de envidiable pulso mezcla de heist movie, thriller político y criminal que nos remite a la adultez y claroscuros del cine de los setenta.
Cuatro mujeres pierden a sus maridos tras morir en el asalto policial tras uno de sus millonarios robos; ante las deudas y la amenaza de un líder criminal del distrito (Brian Tyree Henry) y que se va a presentar a las elecciones del barrio al que Veronica (Viola Davis) debe entregar dos millones de deuda que su marido se llevó en la fatal explosión. Ella y otras tres mujeres (Michelle Rodriguez, Elizabeth Debicki y Cynthia Erivo) deciden tomar las riendas y llevar a cabo el último golpe planificado por el marido de Veronica que les dará un botín de cinco millones y forjarse un futuro por ellas mismas y librarse de la violenta deuda al peligroso criminal.
Al igual que otras voces singulares que ya han dado el paso hacia títulos más accesibles para el gran público, McQueen no pierde parte de su singular personalidad formal, temática y narrativa en esta traslación a la suburbial Chicago actual de la homónima miniserie británica de los ochenta creada por Lynda La Plante. McQueen construye un thriller de cocción lenta, de envidiable pulso y detallismo formal en el que McQueen prima el realismo de lo que cuenta y el dibujo psicológico de sus personajes por encima de un exhibicionismo lúdico o de las brutales y contadas escenas violentas (casi siempre con el matón Daniel Kaluuya presente).
Es ese total control del guión realizado, del dibujo de sus personajes y los claroscuros lazos que les unen – la relación y despotismo político entre padre e hijo con Farrell y Duvall, cada una de las viudas con sus esposos o el propio carácter individual de cada una -; a partir de los cuales McQueen ya nos traza y dibuja a cada uno de los personajes de un reparto numeroso en el que algunos aunque de presencia testimonial – unos breves Carrie Coon, Lukas Haas o Jon Bernthal por ejemplo – tienen su relevancia y peso dentro de la trama.
El acierto en el cuidado de sus personajes y su dibujo psicológico son lo mejor junto al excepcional reparto en el que brillan por encima de todo una majestuosa Viola Davis y una Elizabeth Debicki que al fin encuentra un trabajo interpretativo en el que brillar; ambas dignas de nominación al Oscar. Más allá de todos sus aciertos que son muchos, McQueen resbala algo más en que su acertada mezcla de retrato criminal que mezcla críticas a la corrupción política o un sutil discurso de clases, género o raza a veces no llega a cuajar y la brocha gorda aparece en algún momento (la secuencia del hijo de Veronica).
Sin perder su espíritu de cine lúdico y contundente y evitando acertadamente un feminismo panfletario al priorizar la temática feminista desde el cuidado retrato psicológico de sus heroínas. Viudas no llega a la maestría de las obras anteriores del cineasta británico aunque resulta de forma indudable uno de los thrillers más sólidos del año y una versión suburbial, descarnada y nihilista de la menos inteligente y profunda; y por ello más superficial y fallida, Ocean’s 8.