«Incierta gloria»; la negra telaraña de la guerra
Adaptando una de las obras magnas de la literatura catalana firmada por Joan Sales, Agustí Villaronga e Isona Passola vuelven a unir fuerzas tras el éxito de Pa negre en esta adaptación de factura impecable en donde la Guerra Civil trunca los principios y la moralidad de unos protagonistas sin futuro y que por encima del resto, buscan la supervivencia en el desértico Frente de Aragón en 1937.
La cinta reúne un enorme trabajo de síntesis en la adaptación, inevitablemente elimina aspectos importantes de la novela como uno de sus personajes centrales o los aspectos más filosóficos y religiosos de la prosa de Sales; reuniendo un relato con cuatro protagonistas para ofrecer un oscuro y desgarrador retrato sobre la guerra en la retaguardia, la degradación moral y de valores que una situación tan desesperada y enfermiza construye en los individuos, en una humanidad que se ve sin futuro y que en sus juegos de humillaciones buscan la supervivencia de ellos mismos y de sus seres queridos más cercanos.
Con la composición de una excelente fotografía firmada por Josep Mª Civit (habitual colaborador de Villaronga), Villaronga sabe ofrecer una transmisión visual del texto y su espíritu con enorme talento, un terreno de tonos ocres y desesperanzados en los que el director mallorquín se siente como en casa permitiéndole explorar las oscuridades de la condición humana en contextos llenos de violencia y pobreza.
A partir de sus excelentes cuatro personajes centrales – Lluís (Marcel Borrás), Solerás (Oriol Pla), Carlana (Núria Prims) y Trini (Bruna Cusí) – Villaronga entremezcla triángulos amorosos, pasiones turbias, violencia moral y juegos de humillación en dónde la Carlana se conforma como gran reina de esa telaraña de supervivencia; ofreciendo un retrato que la dignifica, la complejidad y que gracias a la entrega de Núria Prims – que llevaba años sin interpretar cine – se posiciona como una de las grandes candidatas a los próximos premios del cine nacional.
Destacar además a un enorme Oriol Pla como Solerás, joven actor que desata su talento en una encarnación brutal de ese loco romántico y enigmático, poniendo rostro a un hombre truncado de sus ilusiones y negador de la vida a la que aspiraba. Secundados por veteranos de nuestro cine (Gavasa, Diego, Pávez y Esteso), Villaronga ofrece un relato de aromas oscuramente existencialistas, con arrebatos de Dostoyevski y de cine de género.
El director mallorquín firma una de las obras sobre la Guerra Civil más loables del cine contemporáneo, un retrato sobre las heridas que el contexto forma en la idealista juventud, en personajes rotos que deben sobrevivir en un presente lleno de ruinas (físicas y mentales) en el que los más heridos y juzgados son los que se adaptarán por el bien de su progenie y de su futuro.