«Castillo de arena»; rancia y discutible visión a la guerra de Irak

Nota:

Disponible en el catálogo de Netflix llega Sand Castle, película bélica excesivamente plana, simple y rancia que sólo encuentra un cierto soplo en sus secuencias de acción. Una mirada a la Guerra de Irak que exime muchas de las heridas y cicatrices de ese periodo y que enaltece lo militar por encima de lo humano o ético.

A nivel de producción no ofrece nada nuevo aunque se note cierto grado de diseño, resultando escenarios y lugares ya muy comunes dentro del subgénero de cintas que trataban este conflicto. Su presentación de personajes es arquetípica y más allá del protagonismo en presencia de Nicholas Hoult, su reparto resulta poco destacable, sobretodo un testimonial Henry Cavill.

Pero el verdadero (y enorme) error de la cinta de Coimbra se encuentra en su posicionamiento ético e ideológico, posicionándose a favor de los soldados como los verdaderos héroes de la función y atreviéndose a convertir en villanos a los propios y anónimos habitantes del lugar, obviando casos de desastre humanitario realizados por el ejército estadounidense como la de Baqubah.

Una cinta rancia en su ideología, rutinaria y simplista en su evolución y puesta en escena y con una mirada a la guerra poco profunda y que enaltece incluso la intervención estadounidense y sus excesos. Una película más cercana a ese patriotismo rancio que vuelve con Trump que a las miradas más críticas, psicológicas y descarnadas de cintas como La noche más oscura de Kathryn Bigelow.

Jose Asensio

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