«El otro lado de la esperanza»; la esperanza todavía tiene su rincón en la gris Europa
Nombre clave del cine contemporáneo y uno de los cineastas más personales del panorama europeo, el finlandés Aki Kaurismäki se alzó en la pasada Berlinale con el premio al Mejor Director con esta personalísima (y llena del cinismo cómico habitual del cineasta) mirada a la realidad de los refugiados.
Un refugiado sirio huye de la guerra civil de su país y llega a Finlandia escondido en un barco cargado de carbón, tras vivir escondido y recluido Khaled encontrará techo y trabajo en un peculiar restaurante propiedad de Wikström – arquetípico modelo del cine de Kaurismäki -, un hombre maduro que acaba de dejar su trabajo y se ha divorciado de su mujer. Allí encontrará gente en la que confiar para su objetivo de volver a ver a su desaparecida hermana.
Kaurismäki dota con su tono habitual tremendamente humanista y cínico, una cinta llena de su sutil y delicioso humor absurdo que por encima de todo es una comprometida cinta social que tiene en su habilidad para evitar el cliché, los moralismos y discursos politizados de este tipo de cintas su gran valor añadido, más allá del placer que suponen los micromundos del cineasta finlandés; lleno de personajes humildes y descartados por la sociedad capitalista, que encuentran en su extravagancia cínica una inocencia admirable que les hace confiar en la ayuda, la esperanza y el compromiso.
Maestro de la magia de lo cotidiano como Jim Jarmusch (amigos y admiradores mutuos), de los silencios «bressonianos» y de la comedia muda de Buster Keaton y Jacques Tati; Käurismäki no deja de lado el compromiso y la cercanía dramática de la crisis migratoria europea y de los individuos que la sufren (encarnados en ese inexpresivo pero puro de corazón Khaled) dentro de su mundo pesimista y cínico aunque siempre humanista, siempre en busca de un rincón de felicidad y esperanza. Aunque sin la poética de otras obras suyas, Kaurismäki ofrece su maestría para regalarnos un pintoresco mundo cotidiano crítico con la burocracia europea actual pero esperanzador en su mensaje humanista.