«Una mujer fantástica»; un torbellino llamado Marina Vidal
En Una mujer fantástica, Sebastián Lelio nos ofrece una de las cintas más honestas y enigmáticas sobre la identidad de género de los últimos años
Ganadora del Premio al Mejor Guión en la pasada Berlinale (y una de las joyas de la edición), el chileno Sebastián Lelio vuelve a ofrecer una película de personaje en Una mujer fantástica. Una Marina Vidal que busca su dignidad e identidad en una sociedad que las aparta. Una exquisita cinta de juegos de géneros delirante y entregada al espectador que confirma la envidiable posición de Lelio y el cine chileno actual.
Leilo estructura la cinta en el proceso de confirmación definitiva de la identidad de su protagonista, yendo más allá de la simple visibilización (necesaria, por otro lado) de un colectivo; siguiendo y admirando toda contradicción, toda fuerza y debilidad, de su Marina Vidal. Su lucha por la dignidad individual y un hermoso gesto de amor hacia su maduro novio al querer tener el respetuosos gesto de despedirse de él en el funeral, algo a lo que la familia y la intolerante sociedad deciden dejarla fuera de tal evento.
Una exquisitez resultado de la rica mezcla de géneros
El chileno Sebastián Lelio confirma su exquisita mirada en esta notable obra de rica mezcla de géneros, con un delirio y solidez gracias a la entereza de una majestuosa Daniela Vega (un magnífico descubrimiento) y a un relato que juega con los delirios de Almodóvar, la elegancia de Ozon o el clásico macguffin hitchockiano y que va del thriller, al melodrama incluyendo con total sutilidad fantasmas o momentos surrealistas.
Una enigmática mezcla de géneros que en manos de alguien menos habilidoso hubiera quedado en ejercicio pretencioso, pero que Lelio encumbra en su figura central; una transexual que tras un desgraciado evento – la muerte de su novio, unas décadas mayor que ella – buscará confirmar su identidad, derechos y dignidad levantando un torbellino que sacará a flote la hipocresía e intolerancia de la sociedad. Quizás no todo delirio termina de cuajar dentro del conjunto, pero indudablemente Lelio ofrece una de las cintas más honestas y enigmáticas sobre la identidad de los últimos años, llevando al espectador a amar con todas las fuerzas la lucha de Marina; una heroína de las de a pie, de las de verdad.
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