«El castillo de cristal»; algo académico drama que profundiza en los conflictos y relación entre padres e hijos

Nota:

Destin Cretton y Brie Larson repiten juntos para presentar en El castillo de cristal una mirada sensible a la relación familiar entre padres e hija

Tras ofrecer una de las mejores cintas indie del cine estadounidense reciente (Las vidas de Grace), Destin Cretton y Brie Larson vuelven a juntarse en El castillo de cristal para ofrecer la adaptación de la autobiografía de la periodista Jeannette Walls, en la cual reflexionaba sobre su peculiar infancia y los conflictos surgidos con sus poco convencionales padres.

Aunque con aires más épicos y melodramáticos, Cretton confirma su gran interés por el relato familiar, con las heridas que pueden surgir de ellos entre los partícipes; en la fantástica Las vidas de Grace surgió una magnífica cinta sobre los traumas y la incomprensión de unos jóvenes a causa de sus familias. Aquí permite ofrecer una historia construida a partir de sensibles elipsis entre el presente de Jeannette Walls y su nómada y poco convencional infancia junto a sus hermanos y sobretodo, sus padres; una mujer pintora y un hombre de gran carisma con enormes problemas de alcoholismo.

Evocando ante la fuera de lo establecido educación y vida familiar de los Walls a cintas indie recientes más eficaces en su mensaje progresista y crítico como Captain Fantastic de Matt Ross; Cretton construye una adaptación fiel de la novela y muestra talento y sensibilidad en su magnífico uso de las elipsis y los paralelismos, aunque la cinta acarrea un academicismo que rebaja sus convicciones y que se pierde sobretodo en un final que, aunque emotivo, resulta forzado en su glorificación de las bondades de un padre que, por otro lado, no sabemos si amar u odiar.

Trío protagonista de lujo

A destacar su impecable trío protagonista, desde las fiables de sus protagonistas femeninas interpretadas por Brie Larson y Naomi Watts y, mención especial para Woody Harrelson; encarnando a ese genial y encantador al igual que impulsivo, frustrado y alcohólico patriarca de la familia Walls; ofreciendo una interpretación rabiosa, llena de carisma y de la suficiente entereza y dosis dramática, que se alza quizás como el mejor trabajo (al menos en el terreno del drama) del actor en su filmografía.

Aunque convencional y algo forzada en ciertos momentos, El castillo de cristal ofrece una mirada sensible a la relación familiar entre padres e hija, un conflicto generacional que termina reflejando lo tanto que, nos guste o no, nos parecemos a nuestros antecesores y el amor que nos otorgaron en la distanciada y melancólica infancia.

Jose Asensio

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