53 Festival de Sitges 2020 (I) – Confinados entre fantasmas, vampiros y distopías
Primera crónica de esta especial y necesaria edición, en formato híbrido, del gran festival de cine fantástico, el Festival de Sitges.Reseñamos algunas de las películas de su primer día: Last Words, The Night (Aan Shab) y Amulet.
Paso de coraje y de resistencia el del festival de Sitges. Es evidente que no es el primer festival post-covid (ya se adelantaron Venecia, Málaga y San Sebastián como los más importantes) pero tiene un gran valor mantener todas las esencias que han marcado al festival en estos últimos años (salvo la Sitges Zombie Walk): maratonianos días de una programación con más de dos centeneras de obras entre largometrajes, cortos y homenajes.
Un valiente paso en el que los fans del festival podemos encontrar de nuevo nuestra habitual “burbuja” festivalera durante los diez días de festival; manteniendo muchas de las rutinas habituales de cada año, aunque evidentemente con las medidas de higiene y seguridad como prioridad. Dando además la opción de ver buena parte de los largometrajes y cortos del festival desde una plataforma online en su web por primera vez en la historia del festival; pensando en quiénes por trabajo o salud no puedan visitar este año la preciosa localidad catalana.
La primera jornada la iniciamos con películas sobre el encierro o un inevitable destino fatídico, o más bien personajes encerrados por sus traumas en la mayoría de ellas. Más allá de la diversión zombie cañí que dio la película inaugural Malnazidos, el primer día del festival ya nos aportó filmes interesantes y una primera joya que inauguró la sección Noves Visions: Last Words, de Jonathan Nossiter.
La co-producción europea, con el sello del festival de Cannes, nos presenta un posible 2085; en el que la humanidad se encuentra cerca de la extinción al quedar ya pocos centenares de ellos y con un planeta que ha perdido tierra en favor de los mares a causa del cambio climático. Como uno de esos últimos hombres, quizás el más joven que queda, Jo, un chico de origen africano, embarca un viaje hacia Bolonia y después a Atenas junto a un anciano que fue cineasta en su tiempo y que vive como un ermitaño encontrando y protegiendo el patrimonio cinematográfico (en celuloide) que ha podido encontrar. Junto a muchos otros supervivientes, formarán una pequeña comunidad en la capital griega mientras buscan alguna esperanza y el joven Jo decide filmarles, para que cuenten su historia y así perduren más allá de su desaparición.
Inspirado en la novela de Santiago Amigorena, Nossiter ofrece una película reflexiva, de potente calado humanista y filosófico a partir de la que reflexionar sobre nuestra propia condición, nuestra mortalidad y el valor de la cultura, y en este caso el cine, como herramienta trascendente. Las historias que nos cuentan y contamos como principal valor y recuerdo de nuestro paso por la Tierra. Un halo de luz para todos los que consideramos el cine una pieza clave de nuestra vida y del arte que brinda a Nick Nolte su interpretación más memorable en muchos años. Acompañado de paso por actores de primer nivel como Stellan Skarsgard, Charlotte Rampling y Alba Rohrwacher.
Algo más tópicas e irregulares resultaron The Night y Amulet. La primera, una producción estadounidense dirigida por Kourosh Ahari, aprovecha el siempre terrorífico entorno de un hotel por la noche y casi abandonado en el que una pareja iraní y su bebé se verán acechados por fantasmas y los secretos que les atormentan. Un filme que cae en el terreno habitual del terror psicológico y que no sabe rematar la jugada; contando en positivo con una buena atmósfera y el trabajo del actor Shahab Hosseini.
Amulet, por su parte, supone el debut de la actriz Romola Garai en la dirección. En ella, un refugiado (Alec Secareanu) traumado por su participación en la guerra de su país – ¿quizás la Guerra de los Balcanes? – encuentra cobijo en Londres gracias a una solitaria joven (Carla Juri) y una anciana monja (Imelda Staunton) que tienen en el ático a una enferma que hace extraños ruidos y a la que animan a alimentarse.
Con una puesta en escena de cuidada y extraña atmósfera, Garai ofrece una interesante renovación del mito del vampiro aunque su propuesta decae por un ritmo pretencioso y pausado que se toma demasiado en serio así mismo. Aún con sus irregularidades, la película deja poso y algunos espectadores sabrán quedarse más con sus virtudes y con lo perturbador de algunas de sus conseguidas imágenes.
Valoración:
Last Words **** (8/10)
The Night (Aan Shab) ** (5/10)
Amulet *** (5/10)