Festival de Sitges 2023 – Crítica de «Hermana muerte»
Según palabras del propio Paco Plaza en la rueda de Prensa posterior a la proyección de la película con la que inaugura el 56 Festival de Sitges, «Hermana Muerte», Paco Plaza ha citado que para él, la excelente «Verónica», fue como su «ópera prima»; el, primer proyecto en el que «verdaderamente pude hacer el cine de terror que me gusta como espectador».
Y es indudable que la estupenda película que se inspiraba en el caso Vallecas fue un paso adelante como cineasta por parte de Plaza. Un pequeño fenómeno del género patrio que le ha servido esta vez para construir un spin-off, inspirado en uno de los personajes más inquietantes y de mayor presencia en la película antes citada, con el que sigue depurando sus formas y en el que claramente deja libres sus propios caprichos e influencias.
Plaza no se deja llevar or la iconografía del «nun-horror» que ha impuesto el universo de los Warren en la cartelera actual («La Monja 2») ni tampoco por ofrecer una revisión patria del clásico «Narciso Negro» de Powell y Pressburger. Si no dejándose llevar por sus evidentes influencias, desde Ibáñez Serrador como patriarca del fantaterror nacional pasando por el «giallo» italiano; en un relato de fe, encierro y descubrimiento de culpas oportunamente ambientado en la posguerra española.
Paco Plaza parece depurar en cada filme que pasa, su más sosegada narración (sin querer huir de explosivos momentos) y en especial, una propuesta estilística fascinante en su apuesta por la luz del día, el color blanco y su pureza y unas equilibradas composiciones que hacen de sus historias de terror un placer visual, cada vez más sensual e inquietante y que le confirma como el mejor y más sólido director actual en el cine de terror patrio. Vale la pena destacar el trabajo de la joven Aria Bedmar; de nuevo un acierto y fresco descubrimiento por parte de Plaza (tras Sandra Escacena y Almudena Amor).