Festival de Sitges 2023 (I) – Inquietantes despertares, gurús de las dietas y locuras coreanas

(Subtítulo) Primera crónica general de la edición 2023 del festival de Sitges; en la que englobo varias de las películas vistas en el día inaugural y en su segunda jornada.

En este artículo hablo de:

  • «In My Mother’s Skin» de Kenneth Lim Dagatan
  • «The Childe» de Park Hoon-jung
  • «Club Zero» de Jessica Hausner
  • «Wake Up» de RKSS
  • «Sleep» de Jason Yu

Empieza una nueva edición en el paraíso del fantástico. Un año en el que el festival nos ha generado alguna que otra dificultad logística a los acreditados de prensa (no vamos a hablar del cada vez más complicado e ineficaz sistema informático de reservas de entradas); pero que rápidamente se ve superado por las ganas de pisar de nuevo la localidad catalana y de vibrar con algunas de las mejores películas que el cine de género (y en general, para que engañarnos) nos va a ofrecer en lo que queda de año. Un regreso a Sitges aún más especial en mi caso, tras la ausencia el pasado año y que este año retomo disfrutando del cine desde la primera hasta la última jornada del certamen. Diez jornadas de madrugones, agotamiento y caminatas en las que volver a vivir la pasión por este arte, por volver a vivir ese microcosmos en el que nos adentra el festival y porque no en volver a escribir estas crónicas en las que miro de entrelazar algunos de los títulos que veo en varias jornadas.

Nada más comenzar, tras recoger la acreditación, y previamente al visionado de la película de inauguración de este año, la excelente «Hermana muerte» de Paco Plaza, decidimos empezar el festival con la cinta filipina «In My Mother’s Skin», ópera prima como director de Kenneth Dagatan. Siempre resulta una alegría y un estímulo ver como descodifican al cine de género en países exóticos, en cinematografías pequeñas no habituadas a ver en cartelera y en la que certámenes como el de Sitges permiten que encuentren su lugar en alguna de sus numerosas e inabordables secciones.

La película de Dagatan nos situa en el aislamiento que vive una madre y sus dos hijos en la Filipinas que sirvió de escenario bélico en la Segunda Guerra Mundial tras la llamada que hace que el padre de familia se ausente del lugar. Una extraña divinidad visita a la niña ante el panorama de necesidad de la familia y la débil salud que atraviesa su madre en un relato con toques de folk, realismo mágico mezclado con toques de vampirismo en una intención de cuento adulto que bebe en algun que otro evidente elemento de filmes como «El laberinto del fauno», de Guillermo del Toro.

Dagatan construye por tanto, al igual que Del Toro en sus filmes ambientados en España, una parábola sobre el conflicto que vivió su país, su estado de ánimo, desde un prisma fantástico y de género; que aunque interesante y realizado con solidez no acaba de sacar partido a todos sus elementos (especialmente sus iconografías religiosas y su elemento vampírico).

Otra sensación desaprovechada es la que deja «Wake Up», del trío de directores canadienses que conforman RKSS, creadores de pelis más que aplaudidas en el certamen como «Turbo Kid». Jugando con el subgénero del slasher al presentarnos a un grupo de activistas ecologistas que lanzan su mensaje de denuncia vandalizando edificios de corporaciones que atacan el medio ambiente difundiéndolo en redes. Su próximo objetivo, una empresa que vende muebles y a la que culpabilizan de la muerte de animales en el Amazonas a causa de la deforestación. Se introducen en una de sus tiendas para en el cierre aprovechar y hacer sus rutinarios vandalismos y mensajes; pero no esperan que uno de los guardas de seguridad acabe por ser un «bicho raro» psicópata obsesionada con la caza prehistórica y que, tras un momento de crisis, desatará su locura contra estos activistas.

RKSS ofrecen en «Wake Up» el típico slasher «crowd-pleaser» que, si hubiera sacado mayor carisma y partido a su premisa, podría haber sido una de esas pelis festivas de esta edición. Pero no hay ningún asomo de riesgo en su desarrollo, acomodándose en una fórmula mil veces vista y que aunque resulta ligera, será un título que no recordaremos al final del festival aunque el público haya puesto mucho empeño en pasárselo en grande.

Más disfrutones se han presentado los surcoreanos a esta edición que rezuma a cine asiático más de lo habitual en Sitges, dejando en ese país y en Japón, gran parte de las películas y talents estelares que veremos durante estos días por la localidad catalana. Dos de ellas, ya se han presentado en sociedad y lo han hecho con entusiasmo y con esa sinvergüenza de hibridación de tonos y géneros habitual en la cinematografía de ese país. En «The Childe», Park Hoon-jung – realizador de notables thrillers como «New World» y «Noche en el paraíso» – ofrece ahora su película más frontalmente desprejuiciada al ofrecernos una película que en su planteamiento comienza como un thriller de fortunas familiares y asesinos a sueldo que pronto deviene en un juego de espectáculo «actioner» y de persecuciones en el que de repente, parece que estemos viendo la versión surcoreana de «Terminator».

Todo barnizado por una factura impecable y espectaculares escenas de acción con las que Hoon-jung decora este thriller, a ratos comedia de acción por sus achispadas y tontorronas respuestas y «one-liners», al que es mejor aceptar como es, y vivirlo como un capricho desprejuiciado que es fácil disfrutar si ya eres fan del género. Ojo al personaje que interpreta Kim Seon-ho, la verdadera alma de la peli.

El otro título venido de Corea del Sur en estas primeras jornadas venía si cabe con más bitora detrás de ella al ser una de las sensaciones del año en su país, el fenómeno del momento. «Sleep», debut de Jason Yu en la dirección, nos ofrece un thriller inquietante en el que un joven matrimonio que tiene próximo a su primer bebé debe lidiar con el perturbador y creciente sonambulismo del marido; teniendo la esposa que recurrir a métodos poc ordinarios, como los de una chamana para mirar de remediar el trastorno de su marido.

Es mejor no hablar más del argumento de «Sleep» para disfrutar de una película en la que se percibe el aprendizaje de Yu con Bong Joon-ho, ha sido colaborador cercano en sus últimos títulos. Al tejer una fresca mezcolanza de géneros en los que el suspense e incluso el terror se mezclan con un tono de comedia de pareja y momentos absurdos que funcionan a la perfección (quizás incluso desde un prisma aún más evidente que el del director de «Parásitos»).

Relato que juega con los giros y expectativas como saben hacer los surcoreanos, en una propuesta dirigida con gusto y en la que brilla especialmente la química y el gran trabajo de su pareja de intérpretes protagonista; Jung Yu-mi y Lee Sun-kyun. «Sleep» se confirma tras su visionado como una de las imprescindibles de esta edición de Sitges.

Otro de los «must» de este año es «Club Zero», de la austríaca Jessica Hausner que, tras su paso por la Sección Oficial de Cannes, aterriza en Sitges como una de las directoras más destacables del panorama europeo y que, ya desde sus primeras películas («Hotel» y «Lourdes») siempre ha tenido un pie en el cine de género ante su afinado prisma satírico.

En su última película, Hausner nos presenta a una nueva maestra en una escuela de élite que imparte clases de nutrición a los alumnos que se han apuntado a su asignatura. La profesora rápidamente establece vínculos con los alumnos y les transmite su filosofía, que lleva a los adolescentes a mirar de tomar una mayor conciencia con lo que comemos y el medio ambiente; aunque ello va tornándose cada vez más perturbador a cada idea que avanza acabando casi por alejar a los alumnos de la realidad que tenían en el colegio y en la relación con sus padres.

Hausner teje en «Club Zero» una afinada sátira sobre la sociedad del hoy, especialmente en el aumento de los trastornos alimentarios en los jóvenes; pero también en una sociedad que ha decidido la ignorancia, volver a creer en fes, gurús y elementos milagro para mejorar sus vidas, su salud y alimentar con ello su propio Yo; en una época que ya de por si no destaca por su solidaridad y hermanamiento. Hausner decide apostar desde su fría puesta en escena (escuela «hanekiana») por una sátira que no rehúye el humor negro, algún momento escabroso memorable y en líneas generales casi acercarse al subgénero del cine de sectas en una historia que habla claramente de una sociedad egoísta, de posturas radicales e individualista fácilmente manipulable.

Quizás le falta explorar con más ahínco y dibujo a su maestra protagonista, la siempre magnética Mia Wasikowska, para establecer un mapa aún más rico de una sátira que va más allá de la provocación y que resulta sólida en su discurso de aviso; como ya supo hacer en la superior «Little Joe». Aún así, una película que deja poso y conversación además de algunas de las escenas que ya no olvidaremos de esta edición.

Valoraciones finales:

In My Mother’s Skin (***) – Noves Visions

Wake Up (**) – Oficial Fantàstic

The Childe (***) – Òrbita

Sleep (****) – Oficial Fantàstic

Club Zero (****) – Oficial Fantàstic

Jose Asensio

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