«Westworld», ¿la serie del año?
Muchas han sido las series que han dado que hablar y han sido alabadas por la crítica en este 2016. Hemos visto como Juego de Tronos se encamina hacia un final devastador e intigrante; hemos estado aterrados con los siniestros sucesos de Stranger Things; hemos podido disfrutar con las impresionantes secuelas de series como Narcos y Mr. Robot; hemos descubierto el lado más íntimo de la realeza inglesa con The Crown y hemos visto enfrentar a las amenazas de Hell’s Kitchen con Luke Cage y la segunda temporada de Daredevil.
Estas y muchas otras han sido las series que han copado la cima de este 2016. En este ránking, por supuesto, no puede faltar Westworld, la serie de HBO que ya está siendo valorada por muchos como el nuevo éxito y sucesora para la productora de Juego de Tronos. Sin embargo, no sería justo situar en una balanza a ambas series, pues la recién nacida producción apenas ha tenido la promoción ni la cabida en la pantalla de su hermana mayor.
Volcándonos ahora en la serie, es justo destacar la gran capacidad que hay para hacer que nuestra cabeza de vueltas y nos introduzca en un sinfín de recovecos y giros de trama que parece que nos hallemos en un laberinto (término que está presente en todo momento en la serie). Para situarnos, nos encontramos en un parque de entretenimiento futurista ambientado en el antiguo oeste y habitado por robots hiperrealistas que interactúan con los huéspedes/clientes y manejados, en todo momento, por sus creadores, impedidos así de poder desarrollarse por sí mismos y bajo el yugo de estos. Tres tramas paralelas, que luego veremos convertirse en más, son las que protagonizan y encarrilan la esencia de esta serie: Dolores y William, robot y huésped se encarnan en una aventura buscando la realidad que Dolores cree olvidada para desenmascarar la verdad del parque; Robert Ford, fundador del parque, busca darle un vuelco al parque junto a su inseparable mano derecha Bernard, mientras que el recuerdo y actividad de su antiguo socio fallecido, Arnold, está presente; y un vaquero vestido de negro, que hace la cruzada por su cuenta, busca irremediablemente una historia que nunca se ha desvelado y que sabe que está oculta en algún lugar del parque.
Unas fantásticas interpretaciones dan carisma a esta serie inspirada en la novela de Michael Crichton. Evan Rachel Wood ha hecho que Dolores sea querida por todos y se convierta, sin duda alguna, en el personaje estrella de esta producción. Los más que conocidos Ed Harris y Anthony Hopkins se mantienen a un buen nivel, aunque tienen momentos en los que su participación se vuelve insípida y sin ningún atisbo de grandeza conforme a su renombre. Jeffrey Wright representa un papel de tranquilidad, sin grandes sobresaltos y aparentemente aburrido, lo que hace aún más alabable su actuación. Thandine Newton está, simplemente, espectacular. Algo muy distinto a James Marsden, pues puede ser al personaje y actor en conjunto que más he llegado a odiar de esta producción.
Jonathan Nolan, junto con Lisa Joy, los creadores de Westworld, anunciaron que «esta primera temporada debe considerarse como un prólogo para situar al espectador y que lo bueno está por llegar». Así, esperamos con ansia su continuación, pues en el capítulo final nos ha sorprendido enormemente, dejando entreabiertas varias puertas pero sin llegar a descubrir ninguna incógnita y, haciendo así, que nos planteemos y formulemos numerosas teorías sobre lo que pasará ahora con el famoso parque.
Volviendo a la pregunta de antes, sí, Westworld se ha convertido en una de las series que se encuentran entre las cinco mejores de este año bajo mi punto de vista. ¿La mejor? No podría asegurarlo. Stranger Things fue la gran revelación de este año y aún están muy presentes las aventuras de los jóvenes protagonistas. Además, ciertos momentos donde la palabrería se extiende en la serie de HBO hacen que resulte aburrido, pesado y monótono. Sin embargo, recomendadísima para amantes de las producciones de la pequeña pantalla.
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