Festival de Sitges 2023 – Crítica de «Concrete Utopia»
Uno de los temas que más está rodeando el festival es sin duda la parábola; el utilizar el género para extraer ecos de temas sociales de enorme presente. Lo estamos viendo especialmente en los filmes que nos vienen de Francia – especialmente recomendables para esas lecturas “El reino animal» y “Vincent debe morir» -, pero incluso Corea del Sur, país normalmente poco político en sus propuestas, especialmente en su espíritu crítico, se atreve también con la parábola y la distopía en su superproducción “Concrete Utopia».
A diferencia de otros filmes que podrían apostar por la espectacularidad del desastre natural – el propio cine surcocreano lo hizo recientemente con “Emergency Declaration» -, “Concrete Utopia» apuesta por las consecuencias, por la sociedad que resta tras el desastre. Una sociedad a reconstruirse en un sólo bloque de pisos que ha quedado en pie y que sirve a Um Tae-hwa para ofrecer un relato a lo J.G. Ballard con el que exponer desde lo simbólico el retrato general de la sociedad, y en especial estar muy atinado en la facilidad con la que los totalitarismos se alimentan en momentos de crisis y urgencia; como los malos líderes y la necesidad sobresale frente a la razón y la generosidad.
Impecable producción, algo machacona en lo dramático, pero sólida en todo momento y teniendo muy claro su simbolismo y discurso en una propuesta que sabe dar cancha al buen hacer de actores como Lee Byung-hun y a sus momentos de sátira mordaz, que enriquecen una película que podría haber dado para más en su jugosa premisa.